Wednesday, July 16, 2008

Muerte v.2

Resistiéndome, caigo en el ciclo espiral de mi muerte
en el vacío que deja mi paso caigo
y me retuerzo.
Lucho a cada instante para no desaparecer
me rehuso
me niego a todo
pero es inútil
-todo el inútil-
Mi muerte ha dejado de acecharme
me ha atrapado con sus manos
-mis manos-
me sostiene hasta que nuestro último aliento
se nos escapa.
Ahora, sólo queda la aventura.

Abigael

I
Oh Abigael, poeta del desierto
escucha mi lamento y mi llanto.
Tú, que naciste en tierra de mi tierra,
pueblo de mi pueblo,
lluvia de mi lluvia.
Que moriste con el siglo,
huyendo a donde no te puedo encontrar,
cantando con tu voz de tierra húmeda
de lluvia veraniega
de saguaro y pitahaya. Abigael, cantor del hombre y sus labranzas
del maíz y del requesón,
te busco en cada palabra
y n te encuentro.
Sólo encuentro tu voz en pasar del aire
en el moverse del las hojas del mezquite
en el cantar del ave matutina,
pero tu voz no me basta.

II
Poeta burócrata, encerrado en tu oficina
luchando por el pan,
poeta que lloraste a Langston Hughes y a tu perro
ahora te lloro
y el cielo me acompaña en mi dolor
grita como yo y nuestras lágrimas escurren.

III
Ahí donde el mar y la arena se funden
te espero
donde la roca de un cerro se desmorona
cayéndose al vacío líquido salado
con orillas afiladas que cortan mis manos
y mi sangre se une con las lágrimas del mar.
Ahí te espero, amor mío
sangre de mi sangre,
esperma de mi esperma.
Con un aullido levanto mi llanto al cielo
reclamando tu presencia
pero, ay, el cielo no te regresa,
sólo me contesta con una gota que me deja ciego.
No te conozco, amor mío
Abigael
pero te sé en la tierra desértica
en el aire caliente que me quema el rostro a media tarde
en la lluvia y el pan de la tierra.
Te sé en el mar profundo
y en el cantar de las aves madrugadoras.
Te siento en mi carne y en mi voz
sangre de mi sangre,
esperma de mi esperma.

IV
Donde la sal de la tierra se funda con la mía
te espero, amor mío
Abigael.

Gabrieles

Con el olor a lluvia en derredor
te escribo,
con el sabor del aire del desierto
entre versos de amor y anhelo.
Recuerdo tu rostro
rodeado de mar y roca
de olas y agua
de sabor a sal y a mí y a ti
Con un palpitar de mi corazón
te recuerdo
súbitamente
esperando una palabra mía
una mirada
un verso.